Llevando el calor de la tribuna
Solo alguien que conoce y ha pisado una tribuna de barra, ya sea oriente o norte, conoce de los tiempos, de las canciones, de la euforia delimitada cuando va ganando, pero más aún, si eres crema, sabes de ese contagio cuando no estás en las buenas, cuando vas perdiendo. Cuando el empuje te lleva a cantar más alto o cuando el año se acabó para ti y los objetivos esquivos una vez más… y sabes que tienes que cantar el «crema, mi gran amigo…»
Esa euforia desatada para profesar el amor interminable también tiene un impacto en el calor de la barra, en el centro de la tribuna no importa la estación del año ni la temperatura ambiental, se inunda del calor de la gente, del calor de las canciones, del calor del corazón entregado a universitario.
Ese mismo calor que generamos, también lo guardamos para distribuirlo. Tantos niños que quieren un poco de eso y son hermanos nuestros alrededor del país. Aquellos que no teniendo los recursos, se alegran al recibir una casaquilla con una U en el pecho, en el corazón, ahí donde hay que abrigarlos y protegerlos.
Por eso estaremos agradecidos a SUNQU, porque a pesar de no pisar una tribuna, nos permite ayudarlos a repartir calor, vida y amor a la U.